Jorge Daniel Taillant es fundador de CEDHA y dirige su trabajo en glaciares y minería

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[traducción no oficial del Inglés]

El Protocolo de Montreal — el único tratado del mundo con membresía universal de todos los países de la ONU, sigue saneando la capa protectora del ozono estratosférico a la vez que está protegiendo al clima, según un estudio científico clave publicado hoy.   

La Evaluación Cuadrienal sobre el Deterioro del Ozono (quadrennial Assessment of Ozone Depletion, por su nombre en Inglés), realizado por el Panel Científico de Evaluación (SAP,  por su sigla en Inglés )    — publicado al comienzo de la Reunión de las Partes en Quito – confirma que, «por primera vez, existen indicaciones emergentes que demuestran que el agujero del ozono antártico ha disminuido en tamaño y en profundidad desde el año 2000», y que se estima su recuperación gradual hasta alcanzar niveles seguros para los años 2060s, gracias a las reducciones obligatorias de CFCs y otros químicos que deterioran al ozono. 

La Evaluación también confirma que la Enmienda de Kigali para reducir los super contaminantes climáticos (super climate pollutants) conocidos como HFCs, harán una contribución «sustancial» a combatir el calentamiento global. La Evaluación informa que la reducción de HFCs puede evitar hasta  0.5°C de calentamiento (la Enmienda de Kigali captura la mayor parte de ello)-aunque no todo-de este premio climático durante la primera fase de reducción. Esta fase evitará hasta 0.4°C de calentamiento futuro. Ver la figura ES-4 de la Evaluación, adjunta. La Enmienda de Kigali has sido ratificada por 59 Estados Partes y entrará en vigencia el 1 de enero de 2019.  

«La Evaluación SAP confirma  la reputación del Protocolo de Montreal como el tratado ambiental más exitoso del planeta», dijo Durwood Zaelke, Presidente del Instituto de Gobernanza y Desarrollo Sustentable (IGSD, por su sigla en Inglés). «Durante las últimas tres décadas, el Protocolo de Montreal ha cumplido con su objetivo original de sanear al ozono. Pero esta no es toda su contribución, ya que los CFCs y otros gases relacionados también son super contaminantes climáticos y reducirlos ha alivianado el problema climático por una magnitud que hubiera igualado a la contribución actual de dióxido de carbono–hoy mas de la mitad del calentamiento. A esto se agrega la contribución adicional de protección climática que se logrará con la Enmienda de Kigali».   

La Evaluación indica que el Protocolo de Montreal aun puede incrementar su protección del clima:

  • «Una reducción acelerada de HFCs de la que se requiere bajo la Enmienda de Kigali, limitaría aun más al cambio climático causado por HFCs. Una manera de lograr esta reducción sería realizar un reemplazo más extensivo de HFCs que manifiestan altos niveles de calentamiento global, con refrigerantes alternativos y equipos de refrigeración de bajo impacto climático que ya están disponibles en el mercado.  La Figura ES-9 demuestra el impacto de la eliminación completa de la producción de HFCs empezando en el año 2020, y su sustitución con HFCs de bajos niveles de calentamiento global, lo que evitaría un estimado acumulativo de 53 GtCO2‑eq de emisiones durante el período 2020–2060.”
  • “Mejoras en eficiencia energética en refrigeración y en equipos de aires acondicionados durante la transición a refrigerantes alternativos de bajos niveles de calentamiento global pueden potencialmente duplicar los beneficios climáticos de la reducción de HFCs establecidos por la Enmienda de Kigali».

“El Protocolo de Montreal es ‘un tratado de arranque y de fortalecimiento’, dijo Zaelke, «y la historia indica que las Partes del tratado próximamente fortalecerán el cronograma de la Enmienda de Kigali, mientras que alientan una estrategia superada en la cual las Partes evitan a los HFCs completamente salteándolos durante la reducción de HCFCs que se está realizando actualmente, y moviéndose directamente a alternativas más amigables para el clima, evitando así 53 mil millones de toneladas adicionales de CO2-eq.”

Romina Picolotti, Fundadora del Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA), y ex Secretaria de Ambiente de la República Argentina, afirmó,  “mientras que la reducción de CFCs y otros refrigerantes catalizan mejoras en la eficiencia energética de equipos de enfriamiento, esta vez, las Partes están realizando esfuerzos conscientes de maximizar los beneficios de eficiencia». 

«Un incremento modesto del 30% en la eficiencia energética de aires acondicionados de ambientes en un hogar, pueden ahorrar la energía equivalente generado por la construcción de casi 1,600 centrales energéticas de porte mediano al año 2030», dijo Picolotti. «La ineficiencia de electrodomésticos para el enfriamiento son vampiros de energía que roban a la energía que necesitamos para el desarrollo. Los países no deberían dejar que ingresen en sus mercados». 

El informe de Evaluación también indica sobre las emisiones no anticipadas de CFC-11 descubiertas por Montzka et.al. en el mes de mayo, notando que la fuente regional específica y las causas de las emisiones aun se desconocen. Seguido al estudio de Montzka, China lanzó una nueva campaña de inspección y control. Un nuevo informe de la Agencia de Investigación Ambiental publicado la semana pasada ofrece nueva información y análisis sobre el uso ilegal y la comercialización de CFC-11, a la vez que examina las implicaciones más generales del cumplimiento y del control de las obligaciones establecidas en el Protocolo de Montreal.   

Los esfuerzos para eliminar los CFCs y los gases fluorados relacionados que son controlados por el Protocolo de Montreal comenzó en el año 1974, con la advertencia de Mario Molina y Sherry Rowland que las emisiones de estos químicos estaban destruyendo la estratosfera de ozono. Esto llevó a que recibieran el Premio Novel en Química. El Profesor V. Ramanathan advirtió en el año 1975 que los CFCs también eran super contaminantes climáticos. La acción temprana que siguió a las reducciones de estos químicos es una de las razones principales que llevaron a la profunda contribución lograda por el Protocolo de Montreal a la protección de la capa de ozono y al sistema climático.    

 

Este artículo fue publicado por el Institute for Governance & Sustainable Development (IGSD). Para más información contactar a: Romina Picolotti en:
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