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3 de diciembre, 2018. Allen, Rio Negro Argentina.
En la localidad de Allen, densamente poblado por plantaciones agrícolas frutales (peras y manzanas), muchas de ella registradas orgánicas y destinadas para la exportación, desde el Sábado 1 de diciembre un derrame de gas y líquidos tóxicos petroleros en instalaciones de YPF, brota incontrolablemente en un pozo de fracturación hidráulica (fracking). Una segunda fuga siguió a la primera a las pocas horas. Ni las autoridades de Rio Negro ni los operarios de YPF saben aun la magnitud del desastre.
El pozo comprometido se ubica próximo al mismo sitio donde hace menos de un año un grupo de técnicos extranjeros reveló que en la Estación Fernández Oro de YPF en Allen (a pocos metros del pozo descontrolado), ya habían emanaciones tóxicas invisibles emanando al ambiente en importantes cantidades. Estas emanaciones que ya en Abril evidenciaban un peligro sustancial para las personas y para el ambiente del lugar, sucedían sin ningún tipo de control o contención. El accidente actual es otro indicativo que el sector petrolero Argentino no está en condiciones para garantizar la seguridad des sus operaciones cuando se trata del controvertido procedimiento conocido como «fracking», el que ya está prohibido en numerosos países y localidades del mundo, por su alto riesgo. Tal es el peligro humano del fracking, que recientemente la Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos pidió mayor información sobre los riesgos del fracking para las personas que están más expuestas a las emanaciones y otros tóxicos que genera la actividad.
Este incidente sigue a otro derrame que ocurrió recientemente en Bandurria, en la zona Sur de Vaca Muerta, donde durante 36 horas el derrame generó cuantiosa contaminación gaseosa y liquida antes de ser contenido. Si bien no hay información oficial de YPF o de las autoridades locales que deberían controlar a estas instalaciones petroleras por su alto grado de riesgo para las personas y para el ambiente, se supone por la naturaleza de la actividad (por ser un pozo en proceso de perforación), que la fuga de gas y el derrame de líquidos tóxicos consiste de gases de metano (altamente nocivos en términos de cambio climático), fluidos especialmente inyectados por el operador para poder realizar el proceso del fracking (estos incluyen ácidos y otros elementos que asisten al proceso de extracción), y combustibles y derivados de combustibles (los más tóxicos para las personas, para la flora y para la fauna) que yacen en la profundidad de la tierra pero que se desean extraer para su comercialización. Hay que remarcar que en un procedimiento de fracking se inyectan más de 10 millones de litros de agua, miles de litros de químicos tóxicos para agilizar el proceso, y toneladas de silicio para abrir las grietas de la formación geológica. Hoy lo que enfrentamos es que una gran cantidad de estos tóxicos brotan a la superficie de manera totalmente descontrolada.
El accidente, llamado «surgencia» por el sector petrolero, seguramente es resultado de la sobre-presión generada entre la presión del gas y de los líquidos bajo la tierra que buscan salir a superficie, la presión adicionada por los equipamientos de extracción y perforaciones (los camiones y equipos rojos que se perciben en algunas imágenes circuladas a los medios–ver video de drone abajo) , y la poca resistencia de los equipos empleados por YPF que deberían haber contenido al gas y a los líquidos. También se pueden deducir errores de cálculo por los operarios de YPF en la capacidad de las instalaciones para asegurar la seguridad de la operación.
Corren riesgo de contaminación en el accidente las napas de agua, la atomosfera, la ecología del lugar y las personas que residen en los alrededores del desastre. Coincidentemente, al mismo momento que el pozo de la Estación Fernandez Oro emanaba tóxicos en superficie, y posiblemente podrían haber derrames a las aguas subterráneas, vecinos de la localidad de Añelo, corazón de la formación de Vaca Muerta y de actividad extractiva con el método de fracking, denunciaban en la legislatura que el agua en la localidad ya no es apta para consumo humano. En el caso de la Estación Fernandez Oro, al igual que instancias previas en añejo, las autoridades declaran que no hay riesgo de contaminación a las napas de agua por la actividad.
El video a continuación muestra las emanaciones de gases tóxicos provenientes de las instalaciones de YPF en Fernandez Oro registradas en Abril del 2018 justamente en Estación Fernandez Oro donde hoy se desarrolla un desastre ecológico por el fracking en Argentina.
Link a imágenes de drone del sitio afectado: 1b65c4dc-88f1-491f-a129-8ad6fa58c4dd
Para más información:
J. Daniel Taillant
+14157132309
[email protected]