Jorge Daniel Taillant es fundador de CEDHA y dirige su trabajo en glaciares y minería

30 de Septiembre 2010 – Buenos Aires. Argentina tiene por fin una Ley de Presupuestos Mínimos de Protección de Glaciares. El lobby minero que había logrado un veto presidencial en 2008 de una versión similar de esta ley (la llamada Ley Maffei), y que ahora presentaba una alternativa flexible para permitir la extracción de minerales en zonas de glaciares y periglaciares, fracasó en su intento de imponer su voluntad.

La maratónica sesión del Senado de la Nación cerró cerca de las 5 de la mañana luego de que intervinieran más de 40 Senadores apoyando una u otra de las dos versiones que se debatían. La nota definitiva se dio con el sorprendente voto de Miguel Angel Pichetto, presidente del bloque oficialista, que si hubiera votado la versión con media sanción del Senado (la que preferían los mineros) hubiera mandado la votación a desempate y forzado así la intervención del Vicepresidente Julio Cobos.

O porque quiso evitar otro desempate que seguramente desgastaría nuevamente al oficialismo, como sucedió con el Decreto Presidencial 125 sobre las retenciones móviles a la soja que resultó en una enorme derrota política del gobierno actual, o porque genuinamente votó a conciencia a favor de la protección a los glaciares, el Senado votó 35 votos a 33 con una abstención a favor del proyecto votado un día antes, por la minoría en la Comisión de Recursos Naturales del Senado.

Al ya contar con media sanción de la Cámara de Diputados, se convierte en ley el llamado Acuerdo Bonasso Filmus y ahora la Presidente Cristina Fernández deberá firmarla para terminar el último detalle procesal legislativo. No es menor ya que Cristina Fernández vetó la anterior ley votada unánimemente por el Congreso, aunque indicó recientemente que aceptaría la votación del Congreso, saliera como saliera.

El debate en el recinto fue duro y las posiciones fueron claramente divididas sobre varios aspectos. Los Senadores que apoyaban la ley que agradaba a los mineros querían eliminar la obligación de hacer estudios de impacto ambiental donde hay actividades mineras ya en curso, y trasladarlas si se encuentra que afectan glaciares. Trataron de sembrar una falsa dicotomía federalista-nacionalista para empujar a los Senadores a rechazar la ley que establece presupuestos nacionales uniformes y mínimos de protección de glaciares. También criticaban que la Nación (a través del IANIGLA realizara el inventario de glaciares) y no las provincias.

Los que apoyaban la ley que finalmente ganó el voto indicaban todo lo contrario, y casi unánimemente llamaron la atención al hecho que la ley de Diputados protegía más amplia y efectivamente al recurso de hielo que era finalmente lo que se estaba debatiendo. Enfatizaron la importante influencia que tiene el sector minero en la política y economía nacional y que era importante por sobre todo proteger el recurso natural para esta y para futuras generaciones. Apuntaron a los aspectos técnicos claves de la ley que finalmente ganó, incluyendo su llamado a Estudios de Impacto Ambiental Estratégicos, y la importancia de proteger el periglaciar. Y respecto a el supuesto pero falso conflicto nacional/provincial, aclararon que es la Nación por la Constitución que debe establecer las pautas mínimas mientras que las Provincias deben fijar el techo de la implementación de la ley, según criterios y diferencias posibles locales.

Hubo algunas intervenciones notorias, como la del Senador Santafesino, Giustiniani, el Cordobés Luis Juez, Norma Morandíni también de Córdoba y vicepresidente de la Comisión de Recursos Naturales que propuso la ley de minoría, y del Senador Jujeño Gerardo Morales que expusieron fuertes críticas a los gobernadores que vinieron a defender al sector minero y a pedir una ley más flexible para el mismo, al lobby minero, al gobierno nacional, y al sector privado en general, por mentir sistemáticamente, encubrir intereses económicos, contaminar y violar permanentemente la ley.

La voz más fuerte del lado perdedor fue de Cesar Gioja que trató de mostrar a la ley con media sanción del Senado como robusta y razonable, mientras que Adolfo Rodríguez Saa atacó a Homero Bibiloni, el actual Secretario de Ambiente por su sistemática y absoluta incapacidad de cumplir con ninguna de sus obligaciones respecto al saneamiento de la Cuenca del Matanza-Riachuelo. Bibiloni había apoyado a la ley de los mineros el día anterior ante la Comisión de Recursos Naturales. También habló ante la Comisión el Secretario de Minería Mayoral, apoyando la ley fracasada.

Lo cierto es que finalmente Argentina tiene su tan deseada Ley de Presupuestos Mínimos sobre la Protección de Glaciares.

 

¡LOS GLACIARES NO SE TOCAN!

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