Jorge Daniel Taillant es fundador de CEDHA y dirige su trabajo en glaciares y minería

Esta entrada también está disponible en: Inglés

Mientras crece el uso de monedas digitales tales como Bitcoin y NFTs (Non-Fungible Tokens), aumenta la presión para introducir regulaciones en el sector, no solamente regulaciones que aseguren la integridad financiera de los bienes digitales, sino también regulaciones que controlen el intenso consumo energético de las tecnologías empleadas para asegurar la integridad de la misma, conocida como verificación de las cadenas de bloques (en inglés, «blockchain verification»). Países como China, que inicialmente abrieron sus puertas a quienes minan bienes digitales (conocidos como cripto-mineros), inmediatamente dieron marcha atrás en su decisión, y ahora prohiben la actividad o la limitan de manera estricta, debido al colapso de la matriz energética durante momentos de consumo pico, causado por el rápido crecimiento de operaciones de la cripto-minería.

En marzo de este año, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una Orden Ejecutiva para Asegurar el Desarrollo Responsable de los Bienes Digitales, subrayando la preocupación del gobierno respecto al consumo energético y por el impacto en emisiones de gases de efecto invernadero como consecuencia de las tecnologías empleadas en la creación de bienes digitales. Biden llamó a que agencias del estado recojan información y reciban comentarios del público con el fin de asegurar que las monedas digitales, los NFTs y otros bienes digitales emergentes, no obren en contra de alcanzar las metas del país de reducción de gases de efecto invernadero.

La principal controversia, desde el punto de vista climático, es el uso intensivo de energía requerido por la tecnología empleada para realizar la verificación de bloques de cadena (blockchain verification), un proceso que esencialmente consiste en realizar múltiples cálculos informáticos para verificar la autenticidad de un único bien digital (como puede ser un Bitcoin, o un NFT). Bitcoin, que fue unos de los primeros y que ahora es uno de los más reconocidos bienes digitales, desarrolló una tecnología para lograr la autenticidad del bien basado en la presunción de que mientras más cálculos informáticos se realicen para llegar a la verificación de la unidad del bien digital, más confianza pública habría sobre la integridad y seguridad del sistema de bienes digitales. Con esta tecnología, los cripto-mineros compiten en la realización de estos cálculos informáticos para verificar bloques de cadena, en una carrera entre ellos, para ser los primeros en lograr la verificación. El primero que llega, recibe un premio en la forma de una comisión por su tarea de cálculo. Esta forma de emplear la tecnología de verificación de bloques de cadena, se conoce como «prueba de trabajo» (o «proof of work» en ingles). El problema con esta manera de lograr la integridad de la operación radica en que resulta en cientos y hasta en miles de operaciones informáticas para generar la verificación de una sola unidad de bien digital. Mientras más «prueba de trabajo» hay sosteniendo la integridad del bien digital, más seguridad se le asigna al bien, generando confianza en el sistema. En términos operativos, el método de «prueba de trabajo» precisa numerosos galpones llenos de computadoras trabajando a la vez y continuamente, para verificar los bienes digitales, y de eso deriva el intenso consumo energético de este modelo.

Una alternativa a este modelo de alta intensidad energética para verificar las cadenas de bloques es un modelo conocido como «prueba de interés» (o en ingles, «proof of stake»), utilizado por competidores de Bitcoin como Ethereum, en el emergente mercado de los NFTs. En el modelo de «prueba de interés», los cripto-mineros son asignados por la plataforma para la realización los procesos de verificación, sin entrar en competencia entre ellos. Esto reduce enormemente la cantidad de cálculos necesarios para el procedimiento de verificación, y como consecuencia, también reduce el consumo energético. Los usuarios de bienes digitales, particularmente de Bitcoin, sin embargo, no aceptan este modelo tecnológico de «prueba de interés» argumentando que no confían en la seguridad del sistema porque hay mucho menos cálculos de verificación por cada unidad.

Mientras países como China han prohibido o fuertemente restringido el uso de bienes digitales y de ciertos procesos para la verificación de cadenas de bloque, los cripto-mineros están buscando países y gobiernos locales que están predispuestos a recibirlos. Buscan energía barata y cero-regulaciones para minar todo lo que pueden minar, ya que mientras más minan, mayor es la ganancia. El problema es que en algunos casos, los cripto-mineros ignoran las consecuencias para el clima, y están empleando energías fósiles tales como el gas natural extraído mediante el fracking (el gas natural es 86 veces más dañino para el climate que el CO2, o peor, están reviviendo sectores energéticos colapsados como la energía producida con el carbon, para cubrir sus intensas necesidades energéticas.

Junto a los impactos ambientales negativos de la minería de bienes digitales, también hay otros impactos colaterales. Según un estudio (Truby et al.), las emisiones de CO2 solamente generadas por la minería de Bitcoin se pueden atribuir a 18,818 muertes futuras debido a la mala calidad de aire generada por la energía empleada. La basura electrónica generada por la actividad también es significativa debido al uso intenso de computadoras que se deben recambiar frecuentemente. Aproximadamente el 20% de la basura electronica es reciclada debidamente, el resto termina en basurales.

Los cripto-mineros han movido sus operaciones desde China a países como los Estados Unidos, Canadá, Iran y Kazakstan, donde el sector ha encontrado una mejor recepción, y gobiernos locales que miran con ojos positivos a los puestos de trabajo generados y los impuestos recolectados de los cripto-mineros. Algunos países como China, aprendieron de la manera más difícil, y debieron revertir decisiones prematuras de abrirse al sector, o han tenido que limitar la actividad significativamente y aclarar qué energía están dispuestos a ofrecer a los cripto-mineros y en qué momento, y deben decidir también hasta qué punto dejar que evolucione el sector en su país.

Debemos tomar en cuenta la situación que vivimos con el cambio climático, dice CEDHA. Sin los incentivos adecuados o sin límites regulatorios respecto a la energía empleada para los procesos de verificación de cadenas de bloques, el sector no empleará tecnologías más saludables para el clima. Lo último que queremos es que la evolución y la expansión de los bienes digitales nos saquen del camino que estamos tomando para reducir emisiones de gases de efecto invernadero y que nos impidan lograr las metas e implementar las estrategias que tenemos en curso para abordar el cambio climático. Estamos tratando de reducir nuestra dependencia en energías fósiles, no incrementarla.

CEDHA presentó comentarios este mes a una de las agencias federales de los Estados Unidos que está revisando el impacto climático de los bienes digitales, luego de la Orden Ejecutiva del Presidente Biden. CEDHA hace hincapié en que las regulaciones federales deben mínimamente considerar obligar a los cripto-mineros a emplear las tecnologías de verificación de bloques más favorables para el clima, y que deben obligar a que se usen energías renovables y con cero emisiones. El gobierno también puede utilizar des-incentivos, tales como impuestos elevados sobre el uso intenso de energías utilizados en tecnologías como las de «prueba de trabajo». También podría obligar o incentivar a promover el uso de tecnologías más favorables para el clima formando grupos de cripto-mineros que trabajen en colaboración, distribuyendo operaciones, para minimizar la cantidad de operaciones empleadas para una única verificación de un bien digital.

Se deben emplear estrategias claras y efectivas para asegurar que la minería de bienes digitales no genere presión en la matriz energética en momentos picos. Lo más importante, dice CEDHA al gobierno, es que los gobiernos (federal, estatales y locales) deben asegurarse que las tecnologías de verificación de bloques de cadena utilizadas por los cripto-mineros, no impidan nuestro esfuerzo de frenar el cambio climático y que las tecnologías elegidas nos ayuden a asegurarnos mantener un rumbo adecuado para sostener el camino iluminado por el Acuerdo de Paris, de limitar el calentamiento global a 1.5°C. 

Link a los comentarios de CEDHA :
https://center-hre.org/wp-content/uploads/Comments-on-Digital-Assets-and-Climate-Change-May-2022.pdf