El fiscal público demanda de Shell una multa de $156.000 por el ocultamiento del escape de un gas venenoso el 31 de marzo de 2004. Koopman, asignado al caso de la petrolera multinacional acusada en varios países de contaminar y derramar petróleo en sus instalaciones, dice que emerge una visión de una empresa amateur que no sabe realmente lo que hace y “esto es preocupante». El fiscal también criticó al gobierno provincial, primer responsable por monitorear a Shell, «la provincia no cumple seriamente son su tarea de control». En inspecciones previas realizadas en las instalaciones de Shell, la empresa había declarado que se trataba solamente de “unas docenas de kilos” que se escaparon, pero luego de verificaciones preliminares se estimaron que fueron una o dos toneladas. Luego de concluida la inspección del Estado, se confirmó que la cifra resultó ser 5,3 toneladas.
Shell informó el incidente solamente luego de 3 meses, según la empresa, cumpliendo con el acuerdo mantenido con la provincia, poniendo en peligro a la vida humana en las inmediaciones. «El mismo año», dice el fiscal, «hubo escapes de hidrocarburos policíclicos (PAH). “La empresa tiene una historia criminal de seis páginas … opera de manera amateur, con un alto grado de apatía y negligencia.»
El consejero legal de Shell, R. Fibbe indica que Shell no solamente «actuó luego de la recomendación de la autoridad provincial, pero que sus peritos sobre emisiones indican que los incidentes no han causado daño ni al ambiente ni a las personas. La seriedad de la ofensa fue menor. Las calificaciones no-sustanciadas del fiscal público no reflejan la verdadera situación.»
Todo esto ocurrió en Holanda. Cualquier semejanza a hechos y personas respecto a la situación de SHELL Argentina es mera coincidencia.
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Jorge Daniel Taillant [email protected]