Por Jorge Daniel Taillant
Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA)
La sociedad argentina está inmersa por primera vez en su historia, en un arduo debate sobre la protección de los glaciares en provincias mineras.
La glaciología fue siempre un tema para científicos, para geólogos. Como argentinos, nunca nos enseñaron qué es o para qué sirve un glaciar. Conocemos al majestuoso Perito Moreno porque lo vimos en videos y fotos, algunos pocos afortunados porque lo visitaron. Pero para la mayoría aquí empieza y termina lo que sabemos de glaciares.
Hoy por suerte los glaciares son tema de primera plana de los diarios y de cualquier mesa de café. Hablan de glaciares las organizaciones ambientales, las comunidades, las maestras, las empresas, los medios, los políticos y se publican libros sobre glaciares. Escuchamos mencionar términos como “glaciares de roca” o “ambiente periglacial”.
Sacamos una ley marco (la primera a nivel mundial) de presupuestos mínimos para proteger a los glaciares. Así los procesos e instituciones democráticas nos ayudan a descubrir la materia.
Entendemos hoy que los glaciares son una línea de vida para nuestros ríos, nutridos por los glaciares en épocas secas (por eso se denominan “reguladores de cuencas”). Sabemos hoy que los glaciares están en peligro porque se derriten naturalmente pero también por el calentamiento global, y porque actividades humanas como la minería a gran escala los destruyen.
Hoy gracias a la ley nacional, los glaciares son de todos, son de bien público y tienen protección.
No podemos dejar entonces, de valorar la importancia de las obligaciones que hoy tenemos por delante como sociedad, respecto a la protección de los glaciares.
El paso de establecer un marco normativo idóneo para proteger el recurso ya está cumplido por la ley nacional. Pero debemos cuidar, sin embargo, cuando empresas como Barrick Gold, quienes propusieron dinamitar glaciares (caso documentado en Chile) y moverlos de lugar porque estorbaban a su emprendimiento minero, atacan la ley.
Nos da pena que un gobierno como el sanjuanino, cuando se trata de glaciares, se ponga del lado de empresas destructoras de glaciares, en vez de alinearse con su protección.
Debemos establecer formalmente dónde están los glaciares, lo que la ley llama “el inventario”. Lo que formalmente queda establecido es lo que se protege. Lo que no, no. Es alarmante, entonces, que la provincia de San Juan haya dejado afuera de su inventario, a más de 1000 glaciares que están relevados, o que omita del inventario una franja de 15 km del límite norte de San Juan donde hay muchísimos glaciares, casualmente donde también hay decenas de proyectos mineros. También es inaceptable que el inventario no diga dónde están los glaciares, o que se equivoque por un factor de 10 en la medición de hectáreas totales de glaciares.
Hoy sabemos que empresas como la suiza Xstrata infringen la ley de glaciares en proyectos como Filo Colorado en Catamarca y en El Pachón (sur de San Juan) donde un camino de la empresa corta en dos a un glaciar de roca, lo que eventualmente lo estrangularía. Este glaciar no figura en ningún lado del inventario de glaciares publicado en diciembre del año pasado. La provincia dejó afuera a miles de glaciares de roca que hay en su territorio.
Nuestro mensaje no es anti-minero, simplemente es decir que las mineras no tienen porqué destruir glaciares para sacar mineral. Deben cumplir con la ley.
A nuestra presentación de un informe sobre el impacto minero en los glaciares del Aconquija en Catamarca (donde fuentes oficiales y empresas mineras niegan todavía que hay glaciares en el Aconquija), acudieron centenares de personas a ver las primeras imágenes públicas de glaciares proyectadas en la plaza central, imágenes bajadas de Google Earth (una herramienta accesible al pueblo entero, y que cualquiera puede usar para avistar glaciares).
Decenas de vecinos y organizaciones se solidarizaron y pidieron más información. Hemos recibido pedidos de charlas y entrevistas sobre el tema. Nos llaman para analizar otros emprendimientos mineros y su cercanía a glaciares. Todos quieren saber más y más y más sobre los glaciares.
¡El glaciar se democratiza y la sociedad quiere y va a participar!