Nota de opinión
Por Romina Picolotti
Cómo si la pérdida definitiva de nuestro bosque nativo no fuera suficiente, la Unicameral en una bochornosa jornada, aprobó ayer una ley que autoriza el desmonte de más bosque nativo.
Esta estafa al pueblo cordobés se realizó en tres actos. La burla, la deslegitimación y la simulación. Una estrategia premeditada y orquestada para distraer al pueblo por parte de los partidos mayoritarios.
Dos años de proceso participativo para concensuar un texto que protegiera nuestro bosque nativo. Un proceso del que formaron parte universidades, ongs, productores y políticos. Todo un ejercicio ciudadano, para luego desconocerlo completamente y acordar, entre gallos y medianoche, entre la UCR y UPC, un texto diferente y forzar su aprobación por la imposición de dos bloques condescendientes a los intereses de una minoría, que no ha comprendido aún el concepto de desarrollo sustentable. Una burla.
La estigmatización de la COTBN como radicalizada, poco equilibrada cuando era justamente lo contrario. La COTBN hizo todo lo “políticamente correcto”. Fundó sus argumentos en la ciencia y concedió para favorecer el consenso, en el entendimiento de que, para lograr un acuerdo es necesario ceder posiciones. Pero esto no alcanzó, porque el acuerdo ya se había producido a espaldas de la gente, entre unos pocos y a puerta cerrada.
Y finalmente, anoche, la simulación. La simulación de que la ley que autoriza más desmonte es una ley de bosques, y es el resultado de una discusión acalorada en la Unicameral. Sin sonrojarse legisladores abanderados hasta hace sólo unas horas con el proyecto consensuado con la sociedad, se rajaban las vestiduras sin ponerse colorados por el texto acordado a las sombras. Una simulación de democracia y representación.
Los bloques UPC y UCR han confundido mayorías partidarias con legitimación social y participativa, y han sancionado un texto claramente inconstitucional, para menoscabo de nuestros bosques nativos y vergüenza de los cordobeses.
Finalmente, como no podía ser de otra manera, el oficialismo rechazó a su vez el pedido de nominalidad efectuado por la legisladora Coria. A través de este mecanismo se podría haber conocido el voto de cada legislador, para que nosotros ‘el vulgo’, pudiéramos elegir mejor la próxima vez. Pero la ‘mala política’, entiende que es mejor que el pueblo no sepa de que, ni de quien se trata.
Esta es la historia y estos son sus responsables:
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Romina Picolotti
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