Jorge Daniel Taillant es fundador de CEDHA y dirige su trabajo en glaciares y minería

Fuente:  lanacion.com

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Sitiada y con restricción de quiénes puede entrar o no. Esa situación vive hace cinco días la localidad catamarqueña de Andalgalá, donde un grupo de aproximadamente 60 trabajadores mineros impiden el paso de ambientalistas y periodistas sobre la ruta provincial 46, en momentos en que la zona vive convulsionada por distintas protestas contra la actividad.

«De manera muy agresiva no nos dejaron pasar. La policía nos dijo que nos vayamos porque los tipos, que parecían borrachos y sacados, nos iban a matar», relató a este diario el periodista Gabriel Levinas , que durante el fin de semana intentó ingresar a Andalgalá, junto con trabajadores de prensa de otros medios, pero no pudo.

Según dijeron a LA NACION varias fuentes, los que están cortando los dos ingresos a la localidad son proveedores y trabajadores de la empresa Minera Alumbrera, que tiene la concesión para explotar cobre y oro en la mina Bajo La Alumbrera y en Agua Rica -situado a 17 kilómetros de Andalgalá-.

«Es gente pagada por la empresa Bajo la Alumbrera, que está armando un ejército propio. Les pagan 100 o 150 por cortar ocho horas la ruta de acceso a Andalgalá», denunció por su parte José Rodríguez, dirigente de la Asamblea «El Algarrobo».

En un comunicado que hicieron llegar a LA NACION, Minera Alumbrera negó vínculos con los manifestantes. «La empresa respeta y hace respetar el trabajo de los periodistas y la libertad de expresión democrática», aseguraron.

Desde la intendencia radical de Alejandro Páez -de distinto color político que la gobernadora kirchnerista Lucía Corpacci- también prefirieron el silencio con respecto al conflicto.

Andalgalá ya fue escenario de una protesta minera el 15 de febrero de 2010, donde una decena de ambientalistas fueron arrestados.

La tarea de «control» que realiza el grupo de aproximadamente 60 trabajadores mineros -número que varía según la hora- consiste en detener cualquier vehículo, ya sea colectivo o automóvil, que intente ingresar a Andalgalá. A pocos metros del ingreso a la localidad, solicitan que cada persona se identifique y explique su motivo del viaje.

«Es absolutamente discriminado lo que hacen: no entran periodistas ni nadie que parezca ‘hippie’, según sus propias palabras», contó Levinas sobre el control que hay en la ruta 46.

Según el relato del periodista, la policía local permite que los manifestantes decidan quiénes pueden pasar hacia Andalgalá. «La misma empresa que le da de comer a los mineros y a los que cortan la ruta, después le da viandas a la policía», aseguro. «A nosotros nos seguían autos por todos lados. Utilizaron vehículos de las empresas para cortar caminos alternativos para que podamos entrar».

Hasta el momento, la Justicia no actuó sobre el control arbitrario del ingreso en Andalgalá, pese a varias denuncias radicadas. En la localidad tienen asiento la fiscal Marta Nievas y el juez de control y garantías Rodolfo Cecenarro.

Por estas horas, las protestas antimineras continúan en localidades catamarqueñas comoTinogasta , donde el viernes pasado la policía, por orden de la Justicia, desalojó una protesta que dejó el saldo de 25 heridos, entre efectivos y manifestantes.

Fuente: lanacion.com