*Por Conciencia Solidaria
En el marco del segundo aniversario de la catástrofe planetaria de Fukushima, Conciencia Solidaria relanza su campaña NO NUCLEAR ARGENTINA, por una Argentina libre de Centrales Nucleares y por un viraje hacia las energías limpias y renovables.
Nota de opinión:
FUKUSHIMA: A DOS AÑOS DE LA CATÁSTROFE Y ALGUNAS PREGUNTAS.
Dos años han pasado de la catástrofe planetaria de Fukushima, Japón. Donde un terremoto y posterior tsunami dañaron por completo las instalaciones de la planta nuclear de Fukushima Daiichi, generando que la contaminación radiactiva contenida en la misma, se dispersara por el mundo entero.
A pesar de las sabidas consecuencias que produce la contaminación radiactiva, de los accidentes más variados en materia nuclear acontecidos en diferentes partes del mundo, de Chernobyl y Fukushima como hitos, de Hiroshima y Nagasaki, de Constituyentes en Argentina, pareciera que nada es suficiente.
Dos declaraciones públicas de los últimos días sobre las cuales es menester reflexionar y tomar cartas en el asunto serán, nuestra forma de rememorar el segundo año de la tragedia nipona y de obrar en consecuencia.
Debemos dejar en claro como organización que trabaja a favor del medio ambiente y los derechos humanos, nuestro desacuerdo con el informe publicado por la Organización Mundial de la Salud –OMS- en el que se minimizan por completo las consecuencias del accidente de Fukushima. Una burla a la inteligencia de la sociedad en general.
En uno de los pasajes más significativos sobre el informe en cuestión, publicado en el comunicado de prensa de la OMS se señala:
Por su parte en la misma ocasión y al mismo medio citado, El presidente de Nucleoeléctrica Argentina (NASA), José Luis Antúnez, explicó que “a mediados de año la central comenzaría a generar energía y en dos o tres meses más alcanzaría su máxima potencia”. En referencia a Atucha II.
¿Son acaso las palabras de la Presidenta de la Nación, de Julio de Vido, o de Antunez, así como también el informe de la OMS, una ineludible burla a la inteligencia ciudadana?
Ya hemos conocido la furia del núcleo desencadenada en varias oportunidades, y en todas ellas, nada hemos podido hacer al respecto. Ya sabemos que el uso de la energía nuclear de forma pacífica esconde detrás un discurso de aparentes buenas intenciones, una puerta al negocio de la guerra. Sabemos del gran embargo socio ambiental que estamos egoístamente legando a las generaciones futuras con los residuos radiactivos que pueden estar activos durante 250 siglos.
¿Olvidamos que antes de la apertura de la primera central nuclear comercial en Gran Bretaña y mucho antes de dedicarnos a trabajar la medicina nuclear, llegó primero la bomba atómica? Un llamado silencioso a la reflexión.
Este año, la Central Nuclear de Embalse en Córdoba entra en su período de reacondicionamiento para poder funcionar unos 25 años más bajo estrictas normas de seguridad, como le suelen llamar. Sin embargo, seguirá asentada sobre una falla como la de Santa Rosa porque seguramente no se preverán seísmos, seguirá arrojando tritio al lago de Embalse y contaminando el ambiente como lo viene haciendo desde hace años. Seguirá siendo un peligro latente frente actos terroristas, una condena a perpetuidad por sus barras de combustible gastado y desechos altamente contaminantes y radiactivos. Seguirá siendo una bomba de tiempo por fallas humanas y posibles desperfectos técnicos. Seguirá necesitando del peor tipo de minería para obtener su combustible, la minería de radiactivos. Seguirá siendo UNA CENTRAL NUCLEAR.
¿Es este calvario a perpetuidad el que pretendemos para nuestras generaciones futuras?
Esta burla de los organismos internacionales a la capacidad de discernimiento y vislumbre de la sociedad planetaria, esta burla del Poder Ejecutivo Argentino de profundizar el Plan Nuclear, cuando en el mundo países como Alemania prevén dejar la energía nuclear por completo para el 2020, nos llevan a pensar que la macabra industria y todos sus paladines se parecen tanto a la “Reserva Faunística Causachi” que está ubicada rodeando la central Nuclear de Embalse, cuyo vocablo en quichua significa «proteger, mantener, fomentar la vida» y cuya función es demostrar que esos conceptos se pueden desarrollar de la mano de la Energía Nuclear.
¡¡¡Causachi!!!
Para todos ellos, para los defensores de la infamia. Para los Detractores y lapidadores.
¡¡¡Causachi!!! Gritamos todos los defensores de la Vida.
¡¡¡Causachi!!!! ¡Que pronto cerraremos estas máquinas de producir muerte!
¡¡¡Causachi!!! Por el viraje hacia energía limpias.
¡¡¡Causachi!!! ¡¡¡Causachi!!! ¡¡¡Causachi!!!
Para Mayor Información:
Luciana Gagliardo
Coordinadora Nacional Campaña NO NUCLEAR ARGENTINA.
011- 15- 3265 5888