A pesar de las constantes señales de la naturaleza, inundaciones históricas en Pakistán y en China, el verano más caliente en la historia de Nueva York, huracanes de una frecuencia y potencia inusitada en el Caribe, etc., aún no logramos avances significativos en las negociaciones sobre cambio climático.
China es la anfitriona de la última reunión de los Estados antes de la Conferencia de Partes a realizarse en diciembre en Cancún. Sin embargo, aquí en Tianjin, las negociaciones parecen no percibir la urgencia de actuar, manteniéndose en una especie de limbo aún golpeadas por lo sucedido en Copenhague.
Los últimos acontecimientos políticos en los Estados Unidos que derivaron en la imposibilidad de contar con una ley de cambio climático en los próximos anos deben implicar un golpe de timón en las negociaciones.
Sin duda que el mundo, con la asunción del Presidente Obama, especialmente Europa, esperaba un mayor liderazgo y compromiso de los Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático. Pero estos buenos deseos se dan de bruces con la realidad actual, es por ello que ha llegado el momento de avanzar a pesar de los Estados Unidos.
¿Podrá la Unión Europea ocupar el lugar de liderazgo necesario para destrabar el impasse en el que hoy nos encontramos? Desde el inicio de las negociaciones en el ano 1990, la Unión Europea proveyó liderazgo en la política internacional de cambio climático. En 1997 en ocasión de las negociaciones por el Protocolo de Kyoto la Unión Europea propuso la reducción de emisiones más importante y aceptó se le aplicara el objetivo más alto de reducción de emisiones. En el ano 2001, cuando el Presidente Bush declaró su oposición al Protocolo de Kyoto, la Unión Europea jugó un rol crucial en los Acuerdos de Marruecos garantizando la entrada en vigor del Protocolo. Finalmente en el ano 2007 la Unión Europea se comprometió a reducir sus emisiones en un 20% para el 2020, basada en niveles de 1990, y declaró públicamente su intención de comprometerse hasta un 10% mas si lográbamos un ambicioso acuerdo global.
Sin embargo, en los últimos anos la Unión Europea renunció a su rol de líder flexibilizando sus posiciones para acomodar a los Estados Unidos a tal punto de perder credibilidad con los países en vías de desarrollo. Credibilidad y confianza que se había ganado por sus esfuerzos serios en combatir el Cambio Climático. Su demasiada cercanía a los Estados Unidos quien en este momento no puede ofrecer absolutamente nada, por razones de política interna, ha dañado notablemente el proceso de negociaciones.
Si el Presidente Obama, aún mantiene su compromiso inicial en la lucha contra el Cambio Climático, uno de los pilares de su campana electoral, debería sincerar posiciones, admitir que no puede liderar en este momento pero que la arquitectura institucional existente y la ambición global son más importantes que aparecer como un falso líder para su audiencia en casa.
Sin embargo, la delegación estadounidense ha puesto sus esfuerzos una y otra vez en señalar a China como el malo de la película cuando los números demuestran lo contrario. Los hechos evidencian que China ha sido más seria que los Estados Unidos en su lucha contra el Cambio Climático. China por ejemplo posee un plan nacional comprehensivo con metas claras incluyendo la sanción de diversas leyes necesarias para avanzar en su implementación, los Estados Unidos aun es incapaz de sancionar legislación climática. Los estándares de eficiencia vehicular en China son mucho más exigentes que los estándares estadounidenses. China invierte el doble en energías limpias comparado a lo que invierte los Estados Unidos. Finalmente per capita los Estados Unidos poluye 4 veces más que China, es decir un ciudadano americano emite 19,2 toneladas de CO2 contra 4,9 toneladas de CO2 que emite un ciudadano chino. Resulta oportuno además mencionar que los Estados Unidos posee una mayor capacidad de acción pues su PBI per capita es de U$45.592 mientras que el PBI per capita en China es de U$5.383, un ciudadano americano gana 8 veces y media más que un ciudadano chino.
Ha llegado el momento de que la Unión Europea retome su liderazgo inicial. Para ello debe admitir públicamente su disposición de apoyar un segundo período de compromisos en el Protocolo de Kyoto. Debe nuevamente establecer el ejemplo, incrementando de manera unilateral su compromiso de reducción de emisiones. Es preciso además que acerque posiciones con el G77+China, aprehendiendo las limitaciones reales que afrontan los países en vías de desarrollo de asumir compromisos de reducción de emisiones máxime cuando los fondos no están disponibles y la tecnología no ha sido transferida. Finalmente la Unión Europea, en esta instancia debe promover claramente el respeto a lo acordado por todos los Estados en Bali en el 2007 y apoyar el establecimiento de un mecanismo financiero que opere directamente bajo la autoridad de los Estados Partes.
Aun existe la posibilidad de realizar un salvataje de estas negociaciones y con ello abrir una oportunidad real para preservar al Planeta Tierra. Esta posibilidad se encuentra en la Unión Europea, ha llegado su momento de liderar.
Para mas información:
Romina Picolotti
Presidente CEDHA
www.cedha.org.ar