Nota de opinión
A siete años de la lucha de la asamblea de Gualeguaychú, el Gobierno nacional decide actuar sobre su desalojo, en cumplimiento de una orden dictada en 2006; es decir, que el Poder Judicial se expidió luego de tres años de que la gente estuviera apostada sobre la ruta al puente internacional.
Cuando «ser verde» era políticamente correcto, ni el oficialismo, ni la oposición ni el Poder Judicial cuestionaban la legalidad del corte y, mucho menos, pedían la liberación de la ruta. Resulta aún más llamativo que el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, después de siete años nos adelante su opinión sobre este tema, advirtiéndonos a los argentinos que los cortes de rutas o de calles son ilegales.
Al mismo tiempo, un destacado jurista y miembro de esa misma Corte expresó su opinión en un sentido diametralmente opuesto. Eugenio Zaffaroni reflexionó a favor de la legalidad del corte de ruta. Los argumentos a favor de esa modalidad de protesta son variados: el derecho a resistir, reconocido por el derecho constitucional; la defensa de un interés colectivo; la posibilidad real de existir rutas alternativas, ante lo cual el derecho a circular no se vería violentado, etcétera.
Entre el rumor y la verdad
Ante tanta confusión, y conscientes de los sentimientos de desazón e impotencia que invaden a los ciudadanos de Gualeguaychú, nos preguntamos: ¿dónde reside la verdad? Jean de La Bruyereexpresaba: «Frecuentemente, la verdad suele ser lo contrario de los rumores que circulan acerca de los sucesos y de las personas». ¿Cuáles son estos rumores respecto al corte de ruta? ¿cuál es la verdad oculta detrás de ellos?
Rumor 1. «En cumplimiento del fallo del tribunal de La Haya, es preciso desalojar el corte de ruta». La verdad: en ninguna de sus páginas el fallo se expide sobre el corte de ruta; es más, cuando Uruguay planteó ante La Haya una medida cautelar reclamando para que el tribunal resolviera sobre el corte de ruta, la corte internacional no hizo lugar al pedido uruguayo.
Rumor 2. «El corte es ilegal». La verdad: existen argumentos jurídicos válidos que avalan tanto la legalidad como la ilegalidad.
Rumor 3. «El corte perjudica a los ciudadanos de Gualeguaychú y de Fray Bentos». La verdad: la mayor perjudicada por el corte es Botnia/UPM. En el documento de 2003, emitido por Botnia, que fundamenta la decisión de ubicar la megapastera en el actual sitio, la empresa expresa como razón fundamental el hecho de contar con un puente internacional que facilitará la logística y el tránsito de bienes y servicios hacia y desde la pastera.
Rumor 4. «El corte vulnera el derecho de libre tránsito y circulación». La verdad: mientras exista un paso alternativo viable, este derecho no se ve afectado. Sí afecta, principalmente, a los intereses de Botnia/UPM, pues le resulta mucho más costoso utilizar el paso alternativo. Los pasos alternativos vigentes hoy son los puentes de Concordia y Colón, el ferry Juan Lacazze y Buquebus.
La triste prueba de que el derecho al libre tránsito está garantizado la constituyen los 24 camiones de pasta de celulosa que Botnia/UPM envió a Papel del Tucumán desde el 6 al 25 de mayo últimos, según consta en las actas de la Aduana de Uruguay.
Rumor 5. «El corte de ruta ya no tiene legitimidad, pues la Corte de La Haya entendió que no hay contaminación». La verdad: el corte de ruta es legítimo. El fallo de La Haya no garantiza al pueblo de Gualeguaychú que Botnia/UPM no contamine el río Uruguay. Por el contrario, lo único que nos indica el fallo es que la Argentina no aportó pruebas suficientes sobre este punto y que a la Corte no le bastan los hechos esporádicos de contaminación demostrados.
La Corte, sin embargo, no rescata el hecho de que a la Argentina le es imposible recabar la prueba, pues le está vedada la entrada no sólo a la megafábrica sino también a aquellas zonas del río que están siendo más afectadas por el volcamiento diario de la megapastera. Durante su vida útil, Botnia vertirá 109,6 millones de metros cúbicos de efluentes tóxicos al río Uruguay.
El voto en disidencia
Tampoco los rumores aluden al voto en disidencia del juez de La Haya Abdulqawi Yusuf (Somalía), que admite en forma expresa la negligencia en la manera en que el alto tribunal internacional evaluó la evidencia presentada sobre la contaminación del río.
El juez expresó: «Soy de la opinión de que la Corte debería haber requerido asistencia técnica (…) con el fin de contar con ayuda adecuada para comprender profundamente y en detalle la evidencia científica y técnica presentada por las partes, en particular respecto al posible impacto de las descargas de Orion (Botnia) en los recursos vivos, la calidad de las aguas y el balance ecológico del río Uruguay».
Finalmente, el último rumor: Argentina ganó, pues la Corte reconoció que Uruguay violó el tratado binacional sobre el uso del río. Nos preguntamos, entonces, ¿por qué la gente de Gualeguaychú resiste y llora?
Para más información:
Romina Picolotti
CEDHA
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