Repercusiones de la cobertura de Lanata
Semanario Digital – La Rioja, Miercoles 08 de Agosto de 2012 – Redacción DataRioja
Dos posturas opuestas reflejan Daniel Taillant, de la ONG Derechos Humanos y Ambiente que estuvo disertando en la Feria del Libro, y por otro el ingeniero en minas y diputado nacional, Mario Capello, que meses atrás también estuvo en La Rioja. Taillant fue entrevistado por Jorge Lanata en el programa sobre Famatina hace dos semanas. Capello le retrucó. Aquí toda la información. Imperdible.
Entre las pocas sorpresas que tuvo esta Feria del Libro, la conferencia sobre Glaciares y sustentabilidad en la era actual podrá señalarse como una de las más curiosas. Es que a pesar de las declaraciones del secretario de Medio Ambiente, Nito Brizuela, asegurando meses atrás que La Rioja no tiene glaciares, Jorge Daniel Taillant, fundador y presidente de la ONG Derechos Humanos y Ambiente, brindó una charla en plena Feria, en la sala Rogelia Mercado en el Paseo Castro Barros.
Taillant es licenciado en Ciencias Políticas, vive en Córdoba y es marido de la ex secretaria de Medio Ambiente de la Nación, Romina Picolotti. Fue presentado por Alfredo Salinas de Inti Huaico y Paulo Dalessandro de la Cámara de Turismo de Famatina.
En diálogo con DataRioja, Taillant dijo que vienen trabajando el tema glaciares hace un par de años. “Nos preocupa el impacto minero en los glaciares y cuando un funcionario de La Rioja dijo que no había glaciares, sabíamos que no era cierto y además no se estaban haciendo los estudios necesarios para relevarlos. Hay glaciares aquí y muchos”.
Dijo que por ahora se cuentan 400 pero que está seguro que cuando se termine el relevamiento nacional van a ser muchos más. Respecto a su tamaño dijo que no son comparables al Perito Moreno sino que son glaciares más pequeños entre 200 m de largo hasta dos km. Algunos grandes, importantes, en la zona de la Cordillera de los Andes, que tienen mucha agua. El Potro podría darle una botella de agua a todos los argentinos durante cien años. Es un glaciar muy grande con mucho recurso hídrico”.
También señaló que en Famatina hay 40 glaciares. Y que lo verificó el glacéologo Juan Pablo Milana, ex director del Inventario de Glaciares de San Juan, “así que es una voz indiscutible”. Estos datos fueron publicados en abril en el informe Los glaciares y la minería en la Provincia de La Rioja, elaborado por la ONG que preside Taillant y que puede consultarse en: https://center-hre.org/wp-content/uploads/2012/04/Glaciares-y-Miner%C3%ADa-en-la-Provincia-de-la-Rioja.pdf
Para realizar este informe Taillant explicó que analizaron imágenes satelitales que provee el Google Earth, y que para ello realizaron también cursos en Naciones Unidas y tuvieron contacto permanente con expertos en la materia.
“Argentina es el primer país del mundo que tiene una ley de glaciares”, expresó Taillant. Y señaló que en los principales países del mundo hay relevamientos sobre glaciares. También explicó que luego de detectarlos los glaciares deben ser estudiados con mayor profundidad para conocer el tamaño, la cantidad de agua que contiene, si se mueve, etc.
Taillant también fue entrevistado en el programa Periodismo para Todos de Jorge Lanata por Canal 13, que transmitió desde Famatina, hace un par de semanas. Esto generó la reacción del ingeniero de Minas y diputado nacional por San Juan, Mario Capello, quien también hace unos meses estuvo en La Rioja, invitado por el Gobierno Provincial, para hablar sobre los beneficios de la minería.
Capello acusó a Taillant realizar expresiones ridículas y de no tener conocimientos sobre minería. Ante la consulta de esta revista Taillant respondió: “No es cierto que donde hay minería no hay glaciares. Eso es mentira. Está a la vista de cualquiera con solo consultar en Google. Hasta ahora no se han hechos estudios oficiales sobre ese impacto. Nosotros no decimos que nuestro informe sea la última palabra. Hicimos este informe porque las mineras y las autoridades han negado hasta el presente este impacto. Y queremos alertar sobre esta problemática para que se hagan. De hecho las principales mineras ya han comenzado a hacer estos estudios porque lo fija la ley, y estamos esperando los resultados”.
Los beneficios de conocer esto implica para Taillant conocer mejor y con más detalle el agua que hay en la montaña y que hace al ecosistema de esa zona. “El hielo juega un rol fundamental, el derretimiento, el congelamiento cíclico de las nieves, del agua y el hielo hacen que tengamos vida, agua, ecosistemas que son vibrantes, que se nutren”. Y recordó que los glaciares en el mundo están pasando por un momento muy crítico ya que gran parte de ellos se están derritiendo. “Son aún más importantes porque con un escenario con menos hielo en el futuro, controlar los glaciares se convierte en una tarea fundamental”.
El secretario de Minería local, Oscar Lhez, recibió a Taillant. El presidente de Derechos Humanos y Ambiente dijo que mantuvieron una charla cordial y franca. Que le transmitieron la situación de los glaciares en La Rioja y San Juan. Y el funcionario “se mostró de acuerdo en la necesidad de proteger el recurso y escuchar lo que tenemos para decir sobre pensar qué formas administrativas aplicar para que las empresas cumplan con el cuidado de los glaciares que hoy no existe en el sector”.
En este sentido Taillant agregó: “en Argentina hemos sido muy buenos en promover minería, no en controlarla”. Y que la desconfianza de la sociedad surge justamente en la falta de transparencia. Dijo que es muy difícil acceder a informes de impacto ambiental, y que incluso en algunas oportunidades tuvieron que iniciar un procedimiento judicial para obtenerlos. Que no hay una cultura de dar información y que hasta que eso no se modifique la desconfianza va a seguir.
En un enfoque publicado en Mining Press, http://www.miningclub.com.ar/nota/2290?x=1&utm_medium=Email&utm_source=Newsmaker&utm_campaign=Newsmaker-miningclub27-27-07-2012, Capello señala lo siguiente:
Nos distinguimos por vivir asociados. No nos imaginamos aislados, prescindiendo del otro, rechazándonos, huyendo hacia la soledad. Fue Aristóteles el primero en occidente que nos hizo notar nuestra particularidad: el hombre es un Animal Político.
Y fue esa singularidad la que ya llevó a Platón a clasificar las formas que podría asumir la inexorable asociación. Serían Monarquías, Aristocracias, Democracias o su degeneración, la tiranía; los distintos diseños de autoridad para convenir la habitabilidad. No fueron pacíficos los siglos transcurridos. Guerras siempre, imperios, conquistas, principados, estado nación, ocupaciones y liberación.
El espíritu de las leyes de Montesquieu, luego de 250 años de anunciado, parece emerger con fuerza moral imponiendo la república como respuesta civilizatoria a las primeras preguntas que se formularan los sabios griegos en su búsqueda de una mejor organización social. Lo efímero de las sentencias y el fracaso de las predicciones enseñan prudencia, luego de las aterradoras experiencias del salinismo, el fascismo y los terrorismos de estado.
Lo que si está claro es que antes como ahora, la demagogia con su apelación a las emociones y los prejuicios metiendo miedo, mata la razonabilidad. Siembra el germen de la violencia al pretender que sus consignas son ley; arrogándose facultades de ejecutores de la verdad. 400 años de conocimientos científicos acumulados deberían ayudarnos a despejar preocupaciones que aparecen legítimamente en el seno de una comunidad. Es ciencia cuando los resultados a las preguntas que nos formulamos pueden ser medidos y comprobados, constatados una y otra vez, repetidos y vueltos a revalidar.
La naciente minería metalífera argentina comenzó a ser atacada hace una década por la ignorancia política y por la demagogia hecha espada de ideologías apátridas. Contra la primera, más que evidente en el sistema político, un doloroso aprendizaje hará que mejoremos elección tras elección. Pero la segunda, la demagogia que encubre ideología es la que quiero destacar.
Importaría poco si se limitaran a opinar con irresponsabilidad sobre cuestiones estéticas, pido aquí perdón por mi falta de sensibilidad para con el arte. Pero me revela cuando el interés foráneo deviene en demagogia para atrapar a ciudadanos desprevenidos con llamativos eslóganes, que elevados a Mitoatentan contra el progreso familiar de cientos de miles de compatriotas. Los nuevos Cipayos se camuflan en organizaciones cuyos nombres refieren al nuevo «dios» medioambiental. Autodefinidos practicantes de la nueva religión, son los demagogos de siempre que debemos desenmascarar.
La nueva minería en argentina desarrolla estándares de relación con el medio ambiente que ninguna otra industria puede exhibir en el país. Poca agua en sus procesos en comparación con la agricultura y otras industrias. Cero contaminación, entendida como cumplimiento del rango de emisiones autorizadas. Máxima tributación en el cotejo internacional. Realidades irrefutables que desmienten una y otra vez las consignas falaces de los embaucadores.
Pero la amenaza no acaba ahí, un país ubicado entre los que más desprecia el medio ambiente, en el que se orina en sus plazas, proliferan los basurales a cielo abierto en todo su territorio, se ensucian diariamente calles y espacios públicos, es tapada de basura domiciliaria su principal ciudad: esa sociedad que conformamos, hace poco logró tranquilizar su conciencia ciudadana. Encontró un chivo expiatorio a su inconducta colectiva y personal. Se llama ley de protección de Glaciares y punto, se acabó la discusión. Una vez más somos los mejores de todo el mundo, un mundo tan malo que ningún país tiene una ley de glaciares como nosotros.
Malas noticias para los demagogos. Un reciente seminario de científicos internacionales confirmó lo que el común de los argentinos ignoramos. Los Glaciares fríos de altura de nuestra cordillera andina no son fuentes otorgantes de agua en las cuencas hídricas a las que pertenecen. Ningún río ni escorrentía puede verse glaciar abajo, ya que la ablación (retroceso) de glaciares se debe al aumento de temperatura global. El glaciar retrocede por sublimación y no por condensación, es decir el hielo del glaciar se convierte mayoritariamente en vapor.
Destruyeron los científicos el Mito de que los glaciares de escombros también llamados de roca son reservorios significativos de aguas, mucho menos en consecuencia aportan a las cuencas hídricas en que se encuentran. El permafrost, glaciar de roca, o glaciar de escombro: es una condición térmica, no una estructura litológica. Para comprobar su existencia debe medirse durante dos años como mínimo, y comprobar que su temperatura es menos de cero grado en todo ese tiempo. No se puede saber si es un permafrost si no se mide, si no se realiza una perforación y se sacan los testigos correspondientes. Precisamente por estar bajo cero, por haberse constituidos hace más de 10.000 años en la mayoría de los casos, estas formaciones térmicas son muy estables, no las afectan las actividades e infraestructuras antrópicas (caminos, edificaciones) y no aportan a los sistemas hídricos en que se encuentran.
Malas noticias para los demagogos al haber determinado la ciencia que una capa de polvo de 3 centímetros ayuda a consolidar un glaciar expuesto de los efectos de la sublimación, que toda generalización como las que emiten es acientífica, que no son «reservas estratégicas de recursos hídricos y proveedores de agua de recarga de cuencas hidrográficas» de las cuencas hídricas a las que pertenecen, como lo imagina el artículo 1 de la insólita ley.
Recientemente un miembro de la ONG de Romina Picolotti, a quién no se le conoce mérito académico y científico alguno, participó en el programa Periodismo para Todos de Jorge Lanata. Sin sonrojarse por las ridiculeces que afirmaba, como buen demagogo entrenado, simuló conocimientos que no tiene y culpó a la minería argentina de perjudicar los ambientes en los que trabaja, con total desprecio por la verdad. El mismo desprecio y de la misma magnitud delirante, Miguel Bonazo llegó a decir que por regalías hay países que cobran más del 40%. Debemos decir aquí para ponerlo en evidencias que sólo 16 de los casi 80 países mineros cobran regalías y que en argentina las que se cobran son más altas que en Chile, Perú, Colombia o el Brasil.